viernes, 11 de abril de 2008
TXALAPARTA
El instrumento musical y la costumbre que hoy en día conocemos con el nombre de txalaparta tiene en Euskal Herria variantes parecidas tanto en su aspecto como en la manera de tocarlas. Veamos aquí y ahora, conjuntamente, las que han sido versiones principales en los últimos tiempos.
TXALAPARTA-TOBERA-KIRIKOKETA
A la vista de su aspecto y función, podemos pensar que se trata de un instrumento muy antiguo. Con todo, no tenemos noticias antiguas sobre esta costumbre.
Principalmente, Aita Donostia, Manuel Lekuona y J. M. Barandiarán han sido los que nos han informado sobre este instrumento (que aparece con estos tres nombres y tres formas diferentes) y las costumbres que lo acompañaban, sus vestigios y su historia. A pesar de ser pocos los datos aportados, gracias a ellos hemos podido saber lo que conocemos sobre la txalaparta de antaño.Con todo, la mayor parte de lo que conocemos es lo recogido directamente por nosotros de labios de los viejos txalapartaris.
En lo escrito por los investigadores citados, no queda claro cuál era la extensión, tanto geográfica como social de estos instrumentos. Podemos afirmar que hasta la década de los sesenta de nuestro siglo la txalaparta ha permanecido marginada en el plano cultural y no ha tenido la consideración que otros instrumentos musicales.
Veamos a continuación los datos que hemos podido recoger sobre la txalaparta en la documentación antigua y por medio de la investigación directa.
¿Dónde se ha utilizado?
En Gipuzkoa, Donostia-Urumealdea Lasarte, Usurbil, Hernani, Ereñotzu, Urnieta, Altza-Intxaurrondo, Astigarraga, Ergobia, Andoain, Oiartzun, Orio, Bidania, Elduaien, Alkiza, y en Navarra, Lesaka y Bidasoa-Baztanaldea han sido los lugares que en un tiempo conocieron esta costumbre. Teniendo en cuenta el retroceso que ha sufrido en los últimos tiempos, es de suponer que también sería conocida en otros lugares.
Siempre aparece en el medio rural y relacionado con ese modo de vida.
En la década de los setenta quedaban pocas parejas que la tocaran, y éstas en las siguientes comarcas: Donostia-Urumea, es decir, Lasarte, Hernani, Astigarraga, Ergobia, Altza,...(txalaparta), Oiartzun, Lesaka (tobera) y Bidasoa-Baztanaldea (kirikoketa).
En todos estos lugares hemos aprendido lo que sabemos sobre la txalaparta, pero nuestros principales informadores y maestros han sido Migel y Pello Zuaznabar del caserío Sasoeta de Lasarte y los hermanos Asentsio y Ramon Goikoetxea del caserío Erbetegi-Etxeberri de Astigarraga.
¿Dónde y cómo se ha utilizado?
Aparece relacionada con dos tipos de actividad social diferente: las celebraciones de finalización de los trabajos comunitarios (auzolan) y de boda, pero siempre dentro de un ambiente festivo.
En Donostia-Urumealdea, sus habitantes han conocido esta costumbre viva en relación con los trabajos comunitarios de la fabricación de la sidra. Tras triturar la manzana, los que habían colaborado en el trabajo celebraban una fiesta con cena incluída. En ocasiones era una buena cena, y en otras no tanto. Como dice Ramon Goikoetxea: "Algunas veces bacalao, otras veces sardinas viejas", pero la fiesta siempre se celebraba. Lo que no faltaba era sidra, sidra o zizarra (sidra recién hecha).
Tras la cena, la gente se iba animando y entonces se montaba la txalaparta. Normalmente frente a la entrada del caserío, en el exterior, y en seguida empezaban a tocarla. En aquel momento comenzaba una nueva parte de la fiesta; hasta entonces la fiesta era de los comensales, de ahí en adelante, al oir la txalaparta, acudiría la gente de los caseríos de los alrededores, jóvenes la mayoría.
Cuentan que la txalaparta se oía en un radio de unos 5 kilómetros y muchos de los que vivían dentro de él acudían a la fiesta.
Según dice Ramon Goikoetxea: "Al triturar la manzana, la tabla del lagar que elegíamos para tocar la txalaparta solía estar mojada, y la poníamos en el tejado para que se secara y diera así un mejor sonido. La gente la veía y se enteraba de que pronto iba a haber fiesta allí. La gente solía estar atenta, para enterarse de cuándo se organizaba la fiesta en Erbetegi-Etxeberri".
"Allí solíamos estar saltando y gritando, bebiendo sidra y tocando la txalaparta hasta el amanecer". Por lo visto también se haciá gaupasa en otro tiempo, y no eran unas gaupasa cualquiera porque en esa época las noches son largas y duras. Para comprender el ambiente de aquellas fiestas, he aquí otro detalle curioso contado por R. Goikoetxea: "Nuestro abuelo se doblaba hacia atrás y pasaba por debajo de la tabla mientras mi hermano y yo tocábamos."
Algo parecido era lo que relataba Migel Zuaznabar sobre estas fiestas en torno a la sidra y para conocer mejor el ambiente de la txalaparta contaba otro episodio. En cierta ocasión hicieron una cena de "quintos" en un restaurante de Lasarte y al acabar la cena se les ocurrió tocar la txalaparta pero allí no tenían a mano los elementos necesarios para montarla. ¿Qué hacer? En el paso a nivel del tren Donostia-Bilbo había una caseta, la desmontaron y con ese material hicieron la txalaparta e inmediatamente se pusieron a tocarla.
En torno al toque
Junto a la txalaparta se utilizaban otros elementos. En Lasarte, por ejemplo, se tocaba el cuerno antes de cada sesión de txalaparta.
En Navarra, el entorno de la fabricación de la sidra era similar. Allí recogió Aita Donostia hace muchos años la forma de toque que se conoce por el nombre de "Kirikoketa" (todavía recordada por los viejos de algunos pueblos). Allí el toque se acompañaba de una cantinela.
A cada golpe correspondía una sílaba de esta cantinela:
Alakiketa alakiketa
Alakiketa kiketa kiketa
Sagarra jo dela sagarra jo dela
Sagarra jo dela jo dela jo dela.
(se ha golpeado-prensado, la manzana)
Este toque muestra claramente que tiene algo de mensaje, un rastro de mensaje. Doble mensaje quizá: por una parte, que el trabajo de triturar la sidra se ha acabado y, por otra parte, una llamada a la fiesta.
En torno a los hornos de cal también aparecen este tipo de actos y celebraciones. Se juntaban para hacer la cal, por la noche encendían un fuego junto a la calera y se celebraba la fiesta denominada "karobi eztaia". En esta fiesta había cena, bersos, irrintzis, música y también se tocaba la txalaparta.
También se ha utilizado con motivo de las bodas y de diferentes maneras. En ocasiones el mismo día de la boda, otras veces antes, el día de las amonestaciones.
Una cuadrilla de jóvenes generalmente cargan la palanca al hombro y se acercan a la casa de la novia. Allí plantan la palanca en el suelo, muchas veces adornada de cintas y flores, y a la hora de tocar, la sacan del suelo y, sosteniéndola en el aire por los dos extremos, proceden al toque.
En los toques de boda se intercalan coplas. Las coplas son de tres tipos: viejas, confeccionadas para ese día e improvisadas. Para ello se elige a alguien ducho en estas lides y de vez en cuando la cuadrilla canta el siguiente estribillo:
San Martin de la Moja
Moja de San Martin.
Toberak jo ditzagun
Ordu onarekin;
Ordu onarekin ta
Birjin Amarekin
(toquemos las toberas en buena hora y con la viregen maria)
La opinión de que la txalaparta ha sido un instrumento para enviar mensajes de un lugar a otro está muy generalizada pero, de entre toda la información que hemos recogido, el de Alakiketa es el único caso en que hay alguna traza de mensaje. Y es que en ninguna parte hemos encontrado nada por el estilo y los viejos txalapartaris que hemos conocido no han enviado jamás ningún tipo de mensaje por este medio. Así nos respondía R. Goikoetxea a la pregunta de si enviaban mensajes: "Tal y como tocan Andre Madalen los acordeonistas, pues nosotros igual tocábamos la txalaparta".
Con esto no queremos decir que nunca se haya utilizado para esa función y que no hubiera distintos códigos (como en el caso de las campanas) para hacer pasar los mensajes. Aparte del caso de Alakiketa, los txalapartaris que hemos conocido la empleaban únicamente para entretener a la gente y como instrumento musical, siempre para hacer música festiva y juegos rítmicos con un punto de improvisación.
La txalaparta también posee otra calidad. Tanto por los escritos como por todos los casos que hemos conocido directamente, queda claro que se tocaba de noche. En las fiestas en torno a la sidra, en las fiestas de las caleras (karobi eztaiak) y en las celebraciones del matrimonio. Las únicas excepciones se han producido estos últimos años, audiciones fuera de contexto ofrecidas por viejos txalapartaris a modo de exhibición.
Es éste tema que habrá que estudiar en profundidad, porque no creemos que sea casualidad, ya que en todas las costumbres similares a la txalaparta que conocemos a través del mundo sucede lo mismo.
Modos de hacer música con la txalaparta
Los intérpretes suelen ser dos. La música la hacen entre los dos. Según los lugares, cada intérprete toma un nombre diferente:
ttakuna herrena (cojera)
tukutuna urguna (cojo)
bia pikatzailea / bata
Tal y como indican estos nombres, cada intérprete tiene su función. Uno impone el orden y equilibrio y otro rompe lo impuesto por el compañero, haciendo aparecer el desorden y el desequilibrio. De esta forma, en la actuación hacen y deshacen el ritmo, cada vez más rápidamente, hasta llegar a un equilibrio imposible de romper.
Situación actual
Hoy en día ha cambiado mucho la situación de la txalaparta. Se ha multiplicado el número de txalapartaris y respecto a la distribución geográfica podemos decir que en todas las comarcas de Euskal Herria se organizan cursos y clases de todo tipo. De estas escuelas están sugiendo muchos txalapartaris y las actuaciones de los mismos se pueden escuchar en cualquier lugar y tiempo.
Las funciones de la txalaparta también se han ampliado notablemente tanto en el terreno musical como en el social. Aparece en grupos musicales de tipo y estilo diferentes a la par de los demás instrumentos. Los creadores, en muchos casos, cuentan con este instrumento en sus nuevos trabajos. A menudo hemos podido escuchar el sonido de este instrumento en actos y celebraciones políticas,sociales, familiares y festivas.
En cuanto a la forma de tocar, ésta se ha enriquecido notablemente. Gracias a los trabajos efectuados por los nuevos txalapartaris en los últimos años, las interpretaciones resultan cada vez más complejas.
En cuanto al material, si antes en unos casos se empleaba la madera y en otros el hierro, en la actualidad se emplean esos dos y algunos más (piedras, vidrios, etc.), mezclados o en solitario.
Cada vez hay más grupos estables de txalaparta que la trabajan con seriedad, que actuan solos o formando parte de diferentes conjunto musicales.
Por todo ello podemos afirmar, sin lugar a dudas, que si la txalaparta ha tenido un pasado y tiene un presente, también ha de tener un futuro saludable.
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Juan Mari Beltrán Argiñena, Herri Musikaren txokoko arduraduna
Edición digital de sonido: Elena Moreno Zaldibar
TXALAPARTA-TOBERA-KIRIKOKETA
A la vista de su aspecto y función, podemos pensar que se trata de un instrumento muy antiguo. Con todo, no tenemos noticias antiguas sobre esta costumbre.
Principalmente, Aita Donostia, Manuel Lekuona y J. M. Barandiarán han sido los que nos han informado sobre este instrumento (que aparece con estos tres nombres y tres formas diferentes) y las costumbres que lo acompañaban, sus vestigios y su historia. A pesar de ser pocos los datos aportados, gracias a ellos hemos podido saber lo que conocemos sobre la txalaparta de antaño.Con todo, la mayor parte de lo que conocemos es lo recogido directamente por nosotros de labios de los viejos txalapartaris.
En lo escrito por los investigadores citados, no queda claro cuál era la extensión, tanto geográfica como social de estos instrumentos. Podemos afirmar que hasta la década de los sesenta de nuestro siglo la txalaparta ha permanecido marginada en el plano cultural y no ha tenido la consideración que otros instrumentos musicales.
Veamos a continuación los datos que hemos podido recoger sobre la txalaparta en la documentación antigua y por medio de la investigación directa.
¿Dónde se ha utilizado?
En Gipuzkoa, Donostia-Urumealdea Lasarte, Usurbil, Hernani, Ereñotzu, Urnieta, Altza-Intxaurrondo, Astigarraga, Ergobia, Andoain, Oiartzun, Orio, Bidania, Elduaien, Alkiza, y en Navarra, Lesaka y Bidasoa-Baztanaldea han sido los lugares que en un tiempo conocieron esta costumbre. Teniendo en cuenta el retroceso que ha sufrido en los últimos tiempos, es de suponer que también sería conocida en otros lugares.
Siempre aparece en el medio rural y relacionado con ese modo de vida.
En la década de los setenta quedaban pocas parejas que la tocaran, y éstas en las siguientes comarcas: Donostia-Urumea, es decir, Lasarte, Hernani, Astigarraga, Ergobia, Altza,...(txalaparta), Oiartzun, Lesaka (tobera) y Bidasoa-Baztanaldea (kirikoketa).
En todos estos lugares hemos aprendido lo que sabemos sobre la txalaparta, pero nuestros principales informadores y maestros han sido Migel y Pello Zuaznabar del caserío Sasoeta de Lasarte y los hermanos Asentsio y Ramon Goikoetxea del caserío Erbetegi-Etxeberri de Astigarraga.
¿Dónde y cómo se ha utilizado?
Aparece relacionada con dos tipos de actividad social diferente: las celebraciones de finalización de los trabajos comunitarios (auzolan) y de boda, pero siempre dentro de un ambiente festivo.
En Donostia-Urumealdea, sus habitantes han conocido esta costumbre viva en relación con los trabajos comunitarios de la fabricación de la sidra. Tras triturar la manzana, los que habían colaborado en el trabajo celebraban una fiesta con cena incluída. En ocasiones era una buena cena, y en otras no tanto. Como dice Ramon Goikoetxea: "Algunas veces bacalao, otras veces sardinas viejas", pero la fiesta siempre se celebraba. Lo que no faltaba era sidra, sidra o zizarra (sidra recién hecha).
Tras la cena, la gente se iba animando y entonces se montaba la txalaparta. Normalmente frente a la entrada del caserío, en el exterior, y en seguida empezaban a tocarla. En aquel momento comenzaba una nueva parte de la fiesta; hasta entonces la fiesta era de los comensales, de ahí en adelante, al oir la txalaparta, acudiría la gente de los caseríos de los alrededores, jóvenes la mayoría.
Cuentan que la txalaparta se oía en un radio de unos 5 kilómetros y muchos de los que vivían dentro de él acudían a la fiesta.
Según dice Ramon Goikoetxea: "Al triturar la manzana, la tabla del lagar que elegíamos para tocar la txalaparta solía estar mojada, y la poníamos en el tejado para que se secara y diera así un mejor sonido. La gente la veía y se enteraba de que pronto iba a haber fiesta allí. La gente solía estar atenta, para enterarse de cuándo se organizaba la fiesta en Erbetegi-Etxeberri".
"Allí solíamos estar saltando y gritando, bebiendo sidra y tocando la txalaparta hasta el amanecer". Por lo visto también se haciá gaupasa en otro tiempo, y no eran unas gaupasa cualquiera porque en esa época las noches son largas y duras. Para comprender el ambiente de aquellas fiestas, he aquí otro detalle curioso contado por R. Goikoetxea: "Nuestro abuelo se doblaba hacia atrás y pasaba por debajo de la tabla mientras mi hermano y yo tocábamos."
Algo parecido era lo que relataba Migel Zuaznabar sobre estas fiestas en torno a la sidra y para conocer mejor el ambiente de la txalaparta contaba otro episodio. En cierta ocasión hicieron una cena de "quintos" en un restaurante de Lasarte y al acabar la cena se les ocurrió tocar la txalaparta pero allí no tenían a mano los elementos necesarios para montarla. ¿Qué hacer? En el paso a nivel del tren Donostia-Bilbo había una caseta, la desmontaron y con ese material hicieron la txalaparta e inmediatamente se pusieron a tocarla.
En torno al toque
Junto a la txalaparta se utilizaban otros elementos. En Lasarte, por ejemplo, se tocaba el cuerno antes de cada sesión de txalaparta.
En Navarra, el entorno de la fabricación de la sidra era similar. Allí recogió Aita Donostia hace muchos años la forma de toque que se conoce por el nombre de "Kirikoketa" (todavía recordada por los viejos de algunos pueblos). Allí el toque se acompañaba de una cantinela.
A cada golpe correspondía una sílaba de esta cantinela:
Alakiketa alakiketa
Alakiketa kiketa kiketa
Sagarra jo dela sagarra jo dela
Sagarra jo dela jo dela jo dela.
(se ha golpeado-prensado, la manzana)
Este toque muestra claramente que tiene algo de mensaje, un rastro de mensaje. Doble mensaje quizá: por una parte, que el trabajo de triturar la sidra se ha acabado y, por otra parte, una llamada a la fiesta.
En torno a los hornos de cal también aparecen este tipo de actos y celebraciones. Se juntaban para hacer la cal, por la noche encendían un fuego junto a la calera y se celebraba la fiesta denominada "karobi eztaia". En esta fiesta había cena, bersos, irrintzis, música y también se tocaba la txalaparta.
También se ha utilizado con motivo de las bodas y de diferentes maneras. En ocasiones el mismo día de la boda, otras veces antes, el día de las amonestaciones.
Una cuadrilla de jóvenes generalmente cargan la palanca al hombro y se acercan a la casa de la novia. Allí plantan la palanca en el suelo, muchas veces adornada de cintas y flores, y a la hora de tocar, la sacan del suelo y, sosteniéndola en el aire por los dos extremos, proceden al toque.
En los toques de boda se intercalan coplas. Las coplas son de tres tipos: viejas, confeccionadas para ese día e improvisadas. Para ello se elige a alguien ducho en estas lides y de vez en cuando la cuadrilla canta el siguiente estribillo:
San Martin de la Moja
Moja de San Martin.
Toberak jo ditzagun
Ordu onarekin;
Ordu onarekin ta
Birjin Amarekin
(toquemos las toberas en buena hora y con la viregen maria)
La opinión de que la txalaparta ha sido un instrumento para enviar mensajes de un lugar a otro está muy generalizada pero, de entre toda la información que hemos recogido, el de Alakiketa es el único caso en que hay alguna traza de mensaje. Y es que en ninguna parte hemos encontrado nada por el estilo y los viejos txalapartaris que hemos conocido no han enviado jamás ningún tipo de mensaje por este medio. Así nos respondía R. Goikoetxea a la pregunta de si enviaban mensajes: "Tal y como tocan Andre Madalen los acordeonistas, pues nosotros igual tocábamos la txalaparta".
Con esto no queremos decir que nunca se haya utilizado para esa función y que no hubiera distintos códigos (como en el caso de las campanas) para hacer pasar los mensajes. Aparte del caso de Alakiketa, los txalapartaris que hemos conocido la empleaban únicamente para entretener a la gente y como instrumento musical, siempre para hacer música festiva y juegos rítmicos con un punto de improvisación.
La txalaparta también posee otra calidad. Tanto por los escritos como por todos los casos que hemos conocido directamente, queda claro que se tocaba de noche. En las fiestas en torno a la sidra, en las fiestas de las caleras (karobi eztaiak) y en las celebraciones del matrimonio. Las únicas excepciones se han producido estos últimos años, audiciones fuera de contexto ofrecidas por viejos txalapartaris a modo de exhibición.
Es éste tema que habrá que estudiar en profundidad, porque no creemos que sea casualidad, ya que en todas las costumbres similares a la txalaparta que conocemos a través del mundo sucede lo mismo.
Modos de hacer música con la txalaparta
Los intérpretes suelen ser dos. La música la hacen entre los dos. Según los lugares, cada intérprete toma un nombre diferente:
ttakuna herrena (cojera)
tukutuna urguna (cojo)
bia pikatzailea / bata
Tal y como indican estos nombres, cada intérprete tiene su función. Uno impone el orden y equilibrio y otro rompe lo impuesto por el compañero, haciendo aparecer el desorden y el desequilibrio. De esta forma, en la actuación hacen y deshacen el ritmo, cada vez más rápidamente, hasta llegar a un equilibrio imposible de romper.
Situación actual
Hoy en día ha cambiado mucho la situación de la txalaparta. Se ha multiplicado el número de txalapartaris y respecto a la distribución geográfica podemos decir que en todas las comarcas de Euskal Herria se organizan cursos y clases de todo tipo. De estas escuelas están sugiendo muchos txalapartaris y las actuaciones de los mismos se pueden escuchar en cualquier lugar y tiempo.
Las funciones de la txalaparta también se han ampliado notablemente tanto en el terreno musical como en el social. Aparece en grupos musicales de tipo y estilo diferentes a la par de los demás instrumentos. Los creadores, en muchos casos, cuentan con este instrumento en sus nuevos trabajos. A menudo hemos podido escuchar el sonido de este instrumento en actos y celebraciones políticas,sociales, familiares y festivas.
En cuanto a la forma de tocar, ésta se ha enriquecido notablemente. Gracias a los trabajos efectuados por los nuevos txalapartaris en los últimos años, las interpretaciones resultan cada vez más complejas.
En cuanto al material, si antes en unos casos se empleaba la madera y en otros el hierro, en la actualidad se emplean esos dos y algunos más (piedras, vidrios, etc.), mezclados o en solitario.
Cada vez hay más grupos estables de txalaparta que la trabajan con seriedad, que actuan solos o formando parte de diferentes conjunto musicales.
Por todo ello podemos afirmar, sin lugar a dudas, que si la txalaparta ha tenido un pasado y tiene un presente, también ha de tener un futuro saludable.
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Juan Mari Beltrán Argiñena, Herri Musikaren txokoko arduraduna
Edición digital de sonido: Elena Moreno Zaldibar
ARGIZAIOLA
Argizaiola (la tabla de ofrendar la luz)
Entre las ofrendas hechas a los muertos la de la luz era la más importante, pues era creencia extendida que en el mundo de la oscuridad resultaba imprescindible. Para se empleaban antorchas, candelas y largas velas recogidas. Estas toman el nombre de ezkozigor "varita de cera" (Sara, Lapurdi), bildumena "recogida" (costa de Gipuzkoa) etc. Con frecuencia la vela aparece enroscada en torno a una tabla especial; esa tabla se llama argizaiola "tabla de cera".
Dicha tabla representa esquemáticamente la figura humana y, a veces, está profusamente labrada; al igual que las demás ofrendas, se colocaban en los asientos/sepulturas de la iglesia.
De la necesidad de luz por parte de los muertos contaban lo siguiente en Berastegi (Gipuzkoa):
"No hace mucho tiempo que en un pozo de una mina (creo que en Bizkaia) quedaron atrapados bajo tierra un grupo de mineros. Entretanto, la madre de uno de aquellos mineros encendía todos los días la luz en la iglesia y uno la debió dejar sin prender. Al cabo de unos días, sacaron aquel minero vivo de debajo de la tierra, y les dijo que sólo durante un día estuvo sin comida, bebida y luz. Calculando, resultó que aquel día era el que su madre no encendió la luz".
Entre las ofrendas hechas a los muertos la de la luz era la más importante, pues era creencia extendida que en el mundo de la oscuridad resultaba imprescindible. Para se empleaban antorchas, candelas y largas velas recogidas. Estas toman el nombre de ezkozigor "varita de cera" (Sara, Lapurdi), bildumena "recogida" (costa de Gipuzkoa) etc. Con frecuencia la vela aparece enroscada en torno a una tabla especial; esa tabla se llama argizaiola "tabla de cera".
Dicha tabla representa esquemáticamente la figura humana y, a veces, está profusamente labrada; al igual que las demás ofrendas, se colocaban en los asientos/sepulturas de la iglesia.
De la necesidad de luz por parte de los muertos contaban lo siguiente en Berastegi (Gipuzkoa):
"No hace mucho tiempo que en un pozo de una mina (creo que en Bizkaia) quedaron atrapados bajo tierra un grupo de mineros. Entretanto, la madre de uno de aquellos mineros encendía todos los días la luz en la iglesia y uno la debió dejar sin prender. Al cabo de unos días, sacaron aquel minero vivo de debajo de la tierra, y les dijo que sólo durante un día estuvo sin comida, bebida y luz. Calculando, resultó que aquel día era el que su madre no encendió la luz".
EUSKAL MAKILA
La makila es el bastón tradicional de los vascos, bien como compañero de viaje o como simbolo de autoridad y respecto.
Es un bastón elegante realizado enteramente a mano y cuyo sistema de fabricación se mantiene desde hace siglos.
Los relieves de la madera provienen de incisiones realizadas a la rama del árbol en el bosque. De esta forma la savia que asciende, sortea los cortes y va formando los dibujos que son caracteristicos de la makila.´
Cortado en invierno se descorteza al horno, se tiñe a la cal viva y es enderezada al calor.
Una vez preparada la vara es cubierta en su parte inferior por una virola de latón, alpaca o plata, cincelada cuidadosamente a mano con motivos vascos.
La parte superior está coronada por una empuñadura de cuerno que toma cuerpo en un tubo roscado recubierto de cuero trenzado.
Para la makila llamada de Honor, la empuñadura es enteramente de plata o alpaca.
Es costumbre ofrecer una makila a toda persona que se quiera honrar y visite Euskal-Herria.
www.artesaniavasca.net
Es un bastón elegante realizado enteramente a mano y cuyo sistema de fabricación se mantiene desde hace siglos.
Los relieves de la madera provienen de incisiones realizadas a la rama del árbol en el bosque. De esta forma la savia que asciende, sortea los cortes y va formando los dibujos que son caracteristicos de la makila.´
Cortado en invierno se descorteza al horno, se tiñe a la cal viva y es enderezada al calor.
Una vez preparada la vara es cubierta en su parte inferior por una virola de latón, alpaca o plata, cincelada cuidadosamente a mano con motivos vascos.
La parte superior está coronada por una empuñadura de cuerno que toma cuerpo en un tubo roscado recubierto de cuero trenzado.
Para la makila llamada de Honor, la empuñadura es enteramente de plata o alpaca.
Es costumbre ofrecer una makila a toda persona que se quiera honrar y visite Euskal-Herria.
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